Hemos aprendido a olvidarnos,
ya no te busco en tantos rostros ni evito pasar por ciertas calles,
quizá no buscas en esa piel aquel lunar,
aquel amor tránsfuga cede espacio al silencio,
del te quiero –siempre inoportuno – nada queda ya,
Te dejo anclado en aquel pasado,
de manos marchitas y gritos ahogados en la garganta,
sólo conservaré la costumbre de hacer alquimia de palabras,
mientras te alejas con los bolsillos rotos,
y un poco ajado el lado izquierdo del corazón.
ya no te busco en tantos rostros ni evito pasar por ciertas calles,
quizá no buscas en esa piel aquel lunar,
aquel amor tránsfuga cede espacio al silencio,
del te quiero –siempre inoportuno – nada queda ya,
Te dejo anclado en aquel pasado,
de manos marchitas y gritos ahogados en la garganta,
sólo conservaré la costumbre de hacer alquimia de palabras,
mientras te alejas con los bolsillos rotos,
y un poco ajado el lado izquierdo del corazón.