Sunday, March 18, 2007

C’est toujours la même chose

Ayer Balaguer. Hoy Leonel. Hubieres, hoy, mañana y siempre. Marcan el ritmo las puesta de sol, la primavera y sus cachondos insectos, las elegías, las geografías, las utopías, las blasfemias.

La chica de 15 años, escucha en su ipod a Wissin y Yandel, mientras sube un par de pulgadas su falda kaki, infame contragolpe a la moral escolar o violenta motivación visual, decida usted. Don José, el don de la esquina, aquel de rostro enjuto y ojos tristes, desayuna su habitual pedazo de arepa, refunfuña y maldice su insulsa pensión.

La invalida señora, que suele esperar moneditas de los transeúntes en el parque Independencia, se sirve otro vaso de Presidente y observa divertida al experto carterista que logra despojar de su billetera a Don José. Usuales barbaridades telúricas de este pedazo de isla.

El mundo de cabeza y yo haciendo una práctica de ecuaciones diferenciales, isn´t it ironic, don´t you think? El quenomeimportismo tiene sus ventajas, a veces me funciona, es en esos momentos cuando sueño en technicolor.

1 comment:

Orlando Muñoz said...

En verdad, no sólo en Santo Domingo, el mundo entero tiende a repetirse en sus miserias... por suerte existes tú, que sientes en la piel y en el alma la vida, que anhelas otras historias, otros paisajes... y no estás sola, hay por ahí una inmensa minoría que siente lo mismo... besos para ti.